REFLEXIONES SOBRE EL IGTF

El Impuesto a las grandes transacciones financieras (IGTF) continúa generando polémicas por la incertidumbre y falta de claridad en su implementación. 

Es claro que la intención del gobierno es que el Estado perciba el impuesto al débito bancario que era obviado por los contribuyentes especiales al realizar pagos a proveedores fuera de sus cuentas bancarias, así como reivindicar el valor de nuestra moneda nacional, hoy día, el Bolívar Digital. El dólar llegó a circular en la economía en mayor volumen que nuestra moneda nacional, lo que significó para el Estado una pérdida importante en la percepción de sus ingresos fiscales. La medida implementada pretende corregir esta debilidad en aras de garantizar el equilibrio del gasto público, más aún considerando el fuerte impacto del reciente incremento salarial en el presupuesto de gastos de nómina de la Administración Pública, así como continuar con las políticas económicas que permitan recuperar e impulsar la economía venezolana. 

Esta medida tiene dos estrategias concretas: En primer lugar, la más acertada, es que en la contabilidad fiscal de los contribuyentes especiales, han de declarar y pagar el IGTF de todas aquellas facturas no pagadas a través de sus cuentas bancarias, y en el caso de haberse pagado en divisas han de pagar un 1% más, es decir, un 3%.  

En segundo lugar, el gobierno pretende incentivar el uso del Bolívar Digital, facultando a los comercios a cobrar el impuesto IGTF del 3% sobre el valor de la compra, sí el consumidor pagara en divisas; para tal fin, el Seniat exigirá a los comercios detallar en la factura fiscal la modalidad de pago y el 3% del impuesto (IGTF) sobre la base imponible. El gran problema se presenta por el hecho de que muchas de las impresoras fiscales que se encuentran en los comercios, en condición de contribuyentes especiales, no tienen la capacidad técnica para soportar la actualización del software que incluye los cambios necesarios para adicionar este requerimiento, razón por la cual se verían obligadas a sustituirlas por nuevas impresoras cuyo costo supera los 1000$ cada una. Esto representará para la inmensa mayoría de los comercios una inversión inviable dada las dificultades económicas a consecuencia, entre otras, de la crisis de la pandemia Covid 2019. Desafortunadamente, esta imposición terminará privilegiando a la economía informal, perjudicando de igual manera al Estado.

Los representantes del gobierno han de tener claro que no deben apostar por la ruina de las empresas privadas inserta en la economía formal y, han de buscar la fórmula para que todos se pongan de acuerdo en aras de contribuir a una solución definitiva de la crisis económica que afecta a todos los involucrados. El gobierno ha de abocarse a educar y sembrar una cultura fiscal, en lugar de utilizar como estrategia el miedo y el castigo. En este sentido, he de resaltar mi opinión, criticando la utilización del PETRO con instrumento de castigo, satanizando su uso, puesto que todas las multas y sanciones son expresadas y pagadas a valor del petro. 

Ha costado tanto que el PETRO sea visto con sentido positivo que esta ola de gestión gubernamental para recabar impuestos esté orientada a aumentar la recaudación fiscal a como de lugar, inclusive con cierre de los comercios. En este sentido, he de insistir en advertir que el gobierno no debería accionar de manera radical contra las empresas que por una u otra razón han incumplido sus deberes fiscales, en consideración a todas las fuentes de empleo que dependen de estas empresas. No hay duda que han habido incumplimientos de los deberes fiscales, pero estoy convencida que este comportamiento obedece a la falta de consciencia así como la decepción de las gestiones gubernamentales pasadas, donde la corrupción en la Administración Pública era la bandera de quienes no estaban dispuestos a tributar para ese fin.  Sugiero que se tomen medidas ecuánimes donde el comercio multado pueda, a través de un convencimiento de pago, ir pagando el valor de la multa, mientras en lo sucesivo mantenga sus compromisos fiscales al día. De esta manera, el Estado seguirá contando con la percepción de ingresos fiscales por parte de estos comercios y, lo más importante los trabajadores no perderán sus fuentes de ingresos. 

Deseo aportar comprensión e ideas para que unidos podamos construir un futuro, sin olvidar y reconocer los errores del pasado. Insisto en que vienen bendiciones para nuestro país y que han de ser compartidas en armonía con todos los que con trabajo y dedicación aportan un granito de arena para nuestro país.

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