El Fraude de la Ciencia

Artículo trascrito textualmente de la dirección http://weblogs.madrimasd.org/sistemas_inteligentes/archive/2009/05/13/118116.aspx el día 2/6/2009

El Fraude de la Ciencia

Resulta paradigmática la sensación que le entra a uno, sobre todo si vive fuera del "mundillo científico", cuando escucha la palabra Ciencia. Sin embargo la Ciencia parece haber perdido su significado, la esencia que marcaron personajes como Newton, Darwin, Einstein, Galileo, Kepler, Turing, . . . La Ciencia se ha pervertido, hasta convertirse en una empresa más, en una maquinaria de hacer dinero, con poco espacio para idealistas que todavía buscan la verdad sobre todas las cosas.
No me quiero meter en los pequeños "fraudes" que supone el sistema de publicación científica, que repercute enormes costes tanto por asistencia a congresos como por publicación en revistas de alto impacto. Vayamos más allá.

Por un lado, el artículo publicado en Agosto de 2005 de PLoS Medicine titulado "Why Most Published Research Findings are False", trata el interesante problema que genera el mal diseño de los experimentos científicos en general, aunque particulariza bastante en el ámbito sanitario, donde los experimentos se llevan a cabo sobre grupos de personas, y suelen ser estudios caros, lo cuál limita de por si la calidad de los estudios. Gran parte de culpa de este gran porcentaje de inexactitudes en las conclusiones de los estudios científicos se debe a que el sistema científico favorece demasiado la investigación en nuevas áreas, métodos o tratamientos, y se desfavorecen (por falta de financiación, dificultad para publicar, etc.) las investigaciones que tratan de replicar resultados anteriores, con el fin de asegurar los conocimientos obtenidos. Las áreas de conocimiento donde existe una mayor concentración de investigadores son aquellas que aseguran un mayor porcentaje de descubrimientos de calidad, que se corroboran con investigaciones similares que repiten, al menos en parte, los pasos realizados previamente por otros y avalan, o echan por tierra, conclusiones que de otra forma se pueden poner en tela de juicio o ser erróneas.

Más allá de los problemas que genera el mal diseño de los experimentos científicos, el artículo "Repairing research integrity" publicado en la revista Nature de Junio de 2008, analizaba la falta de integridad en los estudios científicos. El estudio de Sandra Titus y su equipo, se basaba en una encuesta realizada a más de 4.000 investigadores de más de 600 instituciones, de los cuáles 2.200 respondieron a la misma. Los resultados eran aplastantes, más de 201 casos de algún tipo de mala conducta en algún estudio científico, un número muy superior a los casos denunciados con anterioridad al ORI (Office of Research Integrity), organismo encargado de gestionar este tipo de malas conductas. La gran mayoría de los casos se referían a la falsificación de datos (más del 60%), siendo el plagio el segundo tipo de mala conducta más habitual.

Dentro de estos fraudes, algunos han sido sonados, como el caso de Kristin Roovers, que fue descubierto por los editores del The Journal of Clinical Investigations al haber enviado un artículo que mostraba unas imágenes de distintas proteínas en distintas condiciones que parecían resultados demasiado "perfectos", tan perfectos que habían sido manipuladas con Photoshop para corroborar los resultados de una investigación que, ni de lejos, era tan perfecta como Roovers quería hacer ver. Y Roovers no es el único que retoca imágenes por "el bien de la Ciencia", los editores de esta misma revista aseguran que entre 10 y 20 artículos publicados por su revista al año (publican entre 300 y 350 cada año), muestran indicios de imágenes manipuladas, y al menos 5 de ellos pasan por una profunda investigación para asegurar su veracidad. Aquí el problema es complejo, ya que el límite entre retocar una imagen para mejorar la comprensión de los resultados, o aclarar su visión, y manipular la imágen hasta el extremo de cambiar su significado científico, en algunos casos, representa una fina frontera que algunos científicos no saben/quieren distinguir. En algunos países, esto supone un gran problema debido a su extensión. Este es el caso de China, donde más del 60% de los estudiantes doctorales admite haber plagiado, o haber cometido alguna otra conducta irregular desde el punto científico. Tal es la mala imagen de China a este respecto, que un grupo de científicos Chinos residentes en los Estados Unidos han mandado una carta abierta a las autoridades chinas para que tomen cartas en el asunto, para que la reputación de la investigación China no siga decayendo.

Pero aún hay más, dentro de la Ciencia también encontramos fraudes a "gran escala". Esta pasada semana, The Scientist informaba que Elsevier, una de las grandes editoriales científicas, tiene acuerdos con algunas empresas para publicar revistas científicas en las que se publicitan de alguna forma los productos de las empresas. El caso que ha salido a la luz con Elsevier es el de la revista Australasian Journal of Bone and Joint Medicine, donde salía publicado un artículo donde se "vendían" todas las bondades de Fosamax, un producto de Merck, la empresa que pagó a Elsevier por la confección de esta "revista a medida". Tal y como comenta Summer Johnson en Bioethics, el fraude es brutal, ya que le ofrecía a Merck la posibilidad de "vender" sus productos citando una revista que, sin un análisis más profundo, suena a científica por su propio nombre, y al estar editada por Elsevier, parece garantizar una cierta credibilidad. El caso ha ido más allá, y las últimas noticias aseguran que Elsevier tiene toda una división dedicada a la generación de revistas "a medida" para vender los productos de empresas.

¿A dónde vamos a parar? ¿Por qué hemos permitido que el sistema científico se corrompa hasta este punto? Si la Ciencia sigue esta línea que conduce a una absoluta falta de credibilidad, ¿en qué se va a distinguir de las religiones donde lo que prima es la fe y no un razonamiento lógico?

Aún queda tiempo para reaccionar, y hay varios aspectos primarios que deberían abordarse para mejorar la calidad de los resultados científicos. Para empezar, el caso de Elsevier deja todavía más claro el hecho que la publicación científica no debe recaer en manos de empresas privadas que únicamente ven la Ciencia como una forma de obtener ingresos. La tendencia del Open Access debe reforzarse, tanto para prevenir la perversión de la Ciencia por parte de las grandes editoriales, como para asegurar un acceso igualitario a los resultados científicos, favoreciendo el desarrollo de la Ciencia en países con menos capacidad económica y la visibilidad de los artículos científicos y, con ello, un mayor criticismo sobre los resultados. De forma similar al Open Access, debe favorecerse la utilización de conjuntos datos que sean o se hagan públicos, favoreciendo la replicación de los estudios científicos.

Por otra parte, debe favorecerse la Ciencia de resultados negativos o menos visibles. A este respecto, revistas como Journal of Interesting Negative Results in Natural Language Processing and Machine Learning, Journal of Negative Results on Biomedicine, o Journal of Negative Results, realizan una gran labor al publicar artículos científicos que plantean hipótesis que, aunque a priori parezcan razonables, no concluyen de una manera favorable. Por un lado, se permiten publicar resultados negativos que, muy seguramente, han necesitado mucho tiempo de trabajo para salir a la luz, por lo que los investigadores pueden obtener cierto reconocimiento al investigar hipótesis más arriesgadas, o al menos no sentirse en la encrucijada de retocar sus datos para poder obtener una publicación que corrobore sus esfuerzos. Por otro lado, permite contrastar otras investigaciones que, siendo similares, concluyen unos resultados positivos, poco probables si se encuentran publicaciones con resultados negativos bajo similares condicionantes. Aún así, hacen falta más esfuerzos en esta línea, especialmente en permitir la publicación de replicaciones de experimentos científicos para asegurar la veracidad de anteriores descubrimientos. A este respecto, la Web Social aumenta la interactividad entre los investigadores, favoreciendo un mayor feedback que puede resultar en corrección de errores no detectados por los autores, nuevos puntos de vista, etc. No son ya pocos los blogs de científicos que contienen no solo entradas en el blog, si no comentarios en los mismos, que pueden arrojar más luz sobre un tema concreto que un artículo publicado en una revista con impacto.

También resulta vital cambiar el tratamiento y reconocimiento a los investigadores. En el caso de España, resulta más que lamentable que se gane más dinero limpiando escaleras o sirviendo copas que realizando una investigación de calidad. ¿A quién le va a importar hacer investigación de calidad si no tiene dinero para llegar a fin de mes? ¿De qué sirve ser un genio si no tienes dinero para poder mantener a tu familia? No soy capaz de encontrar la noticia, pero aún recuerdo el caso de un genio en matemáticas (creo que de Granada), que tuvo que abandonar sus investigaciones y dedicarse a dar clase en un instituto para obtener los ingresos necesarios para mantener a su familia. Esto resulta lamentable, al igual que resulta lamentable que el sistema científico español prime la cantidad de artículos publicados y proyectos realizados, a la calidad de los mismos, a la hora de evaluar a los científicos españoles. Todo esto no lleva a más que presionar a los investigadores a que realicen investigaciones de "chichi-nabo" para cumplir sus objetivos y prosperar en su carrera científica.

Como no, también resulta vital que se retome la ética científica. Los investigadores debemos valorar que la palabra Ciencia entraña mucho más detrás de ella, que merece respeto. Ciencia no es publicar artículos, Ciencia es avanzar en el Conocimiento, Ciencia es algo más.

Edición 1: Juan José Ibez, del fantástico blog "Un Universo Invisible bajo Nuestros Pies" apunta en los comentarios un par de referencias interesantes que desconocía. Por un lado, el libro "Anatomía del Fraude Científico" de H. Freedland (Crítica, 2006), donde Freedland argumenta que "debemos buscar sus causas y sus remedios en las mismas estructuras y cultura de las instituciones científicas". Por otra parte, nos remite a una serie de posts en su blog sobre Fraude y Mala Praxis Científica, totalmente recomendados para los interesados en estos temas.

Por otra parte, VValdes plantea una interesante reflexión: "Ciencia es conocimiento, y el conocimiento es lo que nos hace libres. ¿Tiene algún precio la libertad? En este contexto de megamercado global que tenemos, todo posee un precio, hasta la libertad. Y por ende, la ciencia también".

Edición 2 (27/05/2009): ARC apunta en los comentarios el caso de Hwang Woo-suk, acusado de fraude científico en sus estudios de 2004-5, que vuelve al ámbito científico auspiciado, parece, por los intereses de la industria en sus trabajos.

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