DIFERENCIA ENTRE LA CUARTA Y LA QUINTA REPÚBLICA
Me embarga una profunda tristeza, angustia, impotencia y desesperanza al ver en como se han perdido los valores en nuestra sociedad y aflorado las miserias humanas. Todo por la concepción peyorativa planteada por Maquiavelo, en el que los hombres de malos sentimientos utilizan la política como el medio para alcanzar sus intereses egoístas e individualistas, tergiversando el deber ser de la política; siendo esto una característica común, sin distingo de ideologías y partidos políticos.
En
mi opinión la gran diferencia entre las llamadas Cuarta y Quinta República
reside en la DEMOCRATIZACIÓN DE LA CORRUPCIÓN. En la Cuarta, la corrupción era
exclusiva de élites, concentrada en
funcionarios de alto poder y un reducido pero poderoso sector privado que
financiaba sus campañas electorales; quizás allí estuvo el dilema y aquella
frase popular donde “quítate tú para hacer ahora yo lo que haces tú”, nacida
del famoso acuerdo de Punto Fijo, en el que se alternaban los periodos
electorales, simplemente para compartir el poder. Hoy día, el flagelo de la
corrupción, en la llamada Quinta República, está presente en
todos los niveles de la estructura de la administración pública, inclusive
se ha extendido en todos los sectores privados y hasta en la sociedad; estoy
convencida que allí reside la clave del éxito para darle continuidad a este
esquema aberrante que se asemeja a la historia bíblica de "Somora y Gomorra",
relatada en Génesis 19. La realidad hoy día es cada vez más desgarradora, pues
es común ver cómo se están aprovechando unos con otros para satisfacer sus
intereses personales y, cuidado de quienes no participen porque se atendrían a
las consecuencias, por lo que no les queda otra opción que mimetizarse, convirtiéndose en
cómplices con su silencio, al no existir Instituciones ante quienes denunciar
sin verse expuestos a enfrentar las consecuencias de un sistema pervertido.
A
esto he de añadir la perversa devoción y amor que profesan la mayoría, por uno
de los motivos de nuestras desgracias “EL DÓLAR”. En este apartado me detengo a
pensar lo que estará pasando por las mentes de muchas personas que estarán
difamándome por hablar mal del dolar y, no les critico pues entiendo que hablan
desde el desconocimiento y las vísceras que llevamos acumuladas por tantas
historias vividas en las últimas décadas. En la teoría financiera el tipo de cambio debe estar determinado por las políticas cambiarías de los gobiernos de turno, de tal forma que la
oferta y la demanda dependen de las expectativas y necesidades del mercado. Ahora bien, la
teoría económica aquí no aplica porque en nuestra realidad existen intereses
particulares de quienes utilizan esta vía para especular, generar riqueza fácil y hacer
flujo de caja de acuerdo a sus necesidades y se nutren de la energía de la
mayoría de un pueblo que apuestan por esperar que el Bolívar se devalúe de forma significativa
para vivir el espejismo de creerse en mejores condiciones económicas; siendo en
definitiva ilusos porque la pérdida del poder adquisitivo siempre está
cabalgando sobre la devaluación.
Desafortunadamente
nos hemos convertido en una sociedad de borregos, sin criterios y sin visión de
unión y seguro no llegaríamos a un consenso para hacerle la guerra al Dólar; ya
que nuestros gobernantes son los primeros en permitir que estas distorsiones se
mantengan tan solo porque algunos se están beneficiando de manera vulgar e
indiscriminada.
La corrupción es la incubadora de todos los demonios y miserias que albergan en los seres humanos, es como una droga del que será difícil salir una vez estés dentro, no pueden parar y, cada vez, quieren más y más. Reflexionando sobre este tema, no puedo evitar sentir tristeza por quienes han sido participes de esta historia, siendo corresponsables de la destrucción de un país y la desgracia de la inmensa mayoría de un pueblo que está pagando las consecuencias por culpa de quienes actuaron de manera egoísta en su afán de abultar sus riquezas. Es triste pensar que existan personas con tanta riqueza, obtenida gracias a la corrupción, que no les será suficiente esta vida para disfrutarla. Aún más tristeza siento al pensar que los tesoros más preciados y valiosos como son la salud, el amor verdadero, los buenos amigos, la paz de la consciencia y hasta la libertad nunca podrán ser compradas ni con todo el oro del mundo.
Como tengo la convicción de que todos los
seres humanos, somos hijos de un mismo Dios, sin distingo de raza, clase social
y religión, y que en cada uno de nosotros cohabitan el bien y el mal; deseo con
todo mi corazón se despierten semillas de bondad, empatía y piedad para poder
resarcir el daño causado y puedan tomar las decisiones y acciones correctas para
salvar a este pueblo de mayores desgracias que las que hoy día vivimos. Cuando
estas personas conozcan la satisfacción que se puede llegar a sentir
cuando generen riqueza que a su vez signifique prosperidad y bienestar para los
que le rodean, les aseguro sentirán la más grande felicidad que habrán experimentado
en sus vidas y serán reivindicados ante los ojos de Dios de cuantos errores
hayan cometidos en el pasado.
A
pesar de todo, no dejo de aferrarme a la esperanza de que ha de llegar un
cambio positivo, una oportunidad en el que la conciliación venga de la mano de
Dios, materializada en bendiciones para todos. No hay cabida a un mejor futuro
que no sea por la vía del perdón, la reconciliación y de la disposición de
cambiar y no seguir cometiendo los mismos errores del pasado.
Antonina Módica Milo
25/02/20201
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