SEUDO SOBERANIA NACIONAL VENEZOLANA. UNA QUIMERA?
Es triste ver como nos hemos
convertido en todo lo opuesto a lo que tanto se verbalizaba a nivel político en
lo que se soñó sería el socialismo en el año 2021. Hemos sucumbido, rodilla en tierra, al adversario político a nivel internacional del actual gobierno, la
economía norteamericana, utilizando su divisa “EL DÓLAR” como principal moneda
de intercambio. Se ha pervertido nuestra
economía nacional, todo gracias a que nuestros gobernantes permitieron, de
manera libertina y de facto, una seudo dolarización y la apertura a
importaciones que más que satisfacer las necesidades de nuestro pueblo han
beneficiado las economías de otros países y facilitado las grandes mafias de la
corrupción. Es doloroso entender que con la negligencia en las decisiones,
acciones y omisiones de nuestros gobernantes se ha permitido que el flagelo de la hiperinflación
acompañado de la recesión económica, fenómeno conocido en la jerga económica como
ESTANFLACIÓN, esté aniquilando a la inmensa mayoría de un pueblo, en especial
aquellos que dependen de la administración pública y que desafortunadamente no
perciben remesas familiares ni otras fuentes de ingresos. Hasta la estructura
de gobierno está peligrando, pues esta tendencia se revertirá contra ellos mismos,
cuando llegue el momento en que la inflación no sea suficiente fuente de
financiamiento para mantener la burocracia de la administración pública, donde
los gastos de nómina constituyen buena parte del gasto fiscal.
El daño causado a nuestra
economía no se limita a la inflación inducida por la devaluación del tipo de
cambio en ambos mercados (oficial y paralelo); peor aún, se ha causado un daño
irreparable a los derechos de los trabajadores consagrados en la Constitución y
en la LOTTT 2012 y su Reglamento. En este sentido, no solo los trabajadores han
disminuido su calidad de vida por la pérdida del poder adquisitivo de su salario,
sino también el valor de sus prestaciones sociales y hasta la pensión por
jubilación se traduce en montos tan pírricos que representan la miseria
absoluta para quienes invirtieron su vida laboral productiva no solo para su
patrono sino para aportar al producto interno bruto del país. La realidad laboral
en la actualidad sorprende, pues los trabajadores se ven cautivados por
aquellos patrones que ofrecen una remuneración en dólares, eso sí fuera del
marco legal laboral, todo porque la prioridad es cubrir las necesidades básicas
del día a día. En este escenario vemos la competencia desleal del mercado laboral en quienes buscan captar
personal con este incentivo, tan solo porque su tipo de negocio le permite una
entrada continua de divisas; mientras que otros patrones están limitados a ingresos
en bolívares soberanos.
Aun cuando los vientos de cambio
y esperanza no son percibidos por la mayoría, yo estoy convencida que el actual
gobierno sí está trabajando en una solución que alivie los problemas de nuestra
economía, tan solo porque será la única opción para darle continuidad a su
gestión gubernamental. Lamentablemente, la política es radical y a ningún
partidario de tendencias políticas les agrada dar su brazo a torcer, reconocer
y rectificar sus errores; más tras bastidores sí aplican los correctivos que
ameriten las circunstancias. Un buen ejemplo de esto empezamos a verlo en las
negociaciones de privatización que se están gestando y que aún no se han
divulgado públicamente.
Inevitablemente la solución a nuestros problemas no puede darse con una receta tradicional o copiando ningún contexto similar puesto que somos un caso sin precedente en la economía mundial. Las dos experiencias de reconversión monetaria que han sido aplicadas han fracasado, por lo que está claro que, de volverse a aplicar, no resolverá el problema de fondo, salvo, que en caso de que continuara aumentando la masa monetaria en circulación, deberá aplicarse para resolver el problema técnico de los dígitos que definen los montos monetarios en los sistemas. Además, a estas alturas, habiendo alcanzado la devaluación de nuestra moneda niveles extraordinarios, resultará inviable emitir un nuevo cono monetario cuyo costo de producir el nuevo papel moneda esté por debajo de su valor nominal.
Si observamos detenidamente los
cambios que vienen gestándose en torno al PETRO, puede apreciarse que se está
preparando el camino para su completa implementación y así se recuperará la Soberanía Nacional. Lamentablemente, el
tiempo juego en contra y cada día se agudizan aún más los problemas económicos y sus fatales consecuencias. Yo sigo
apostando por el PETRO como única opción para salir de nuestra crisis,
advirtiendo que de no ir acompañado por la eliminación oficial y definitiva del
control de cambio, el PETRO será otro fracaso más del gobierno en materia económica.
Entiendo que la contienda
política ha sido la prioridad durante todos estos años y que las posiciones
ideológicas, hoy día, son radicales y viscerales; sigo confiando en que Dios ha de
iluminar, tanto a nuestros gobernantes como a todos los políticos,
para buscar un consenso, un punto de encuentro, donde se busquen y concreten
soluciones por el bienestar del pueblo y por la recuperación de nuestro país.
Antonina Módica Milo
08/02/2021
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