LA GASOLINA ES EL MEJOR EJEMPLO DE LA LEY DE LA OFERTA Y LA DEMANDA

LA GASOLINA ES EL MEJOR EJEMPLO DE LA LEY DE LA OFERTA Y LA DEMANDA

Definitivamente la literatura económica sobre micro y macro economía se dividirá en dos partes, antes y después del caso venezolano y seguro seremos caso de estudio a nivel mundial. Por ejemplo, el precio de un bien o un servicio, en teoría, debería ser el costo más un margen de comercialización, sin embrago en reiteradas oportunidades el gobierno ha implementado regulaciones de precios de manera impositiva y unilateral que siempre han terminado en escases y consecuentemente en aumentos de precios significativos de los productos regulados. No obstante, lo que realmente determina el precio de un bien es la mano invisible del “MERCADO”, entendiéndose como la confluencia entre los compradores (demanda) y los vendedores (oferta); es así como cuando la oferta de un bien disminuye, el bien se hace más valorado por quienes desean o requieren satisfacer esa necesidad, de allí que los que tengan acceso a ese bien sacaran ventaja y provecho ofertando a mayor precio el bien escaso. Desafortunadamente esta teoría ha sido utilizada inescrupulosamente por personas avariciosas que procuran acaparar para generar escasez y luego beneficiarse.

La escasez de los productos también se genera cuando quienes lo producen simplemente dejan de producir porque no es posible trabajar con pérdidas y eso no está mal puesto que la lógica correcta es que ni el sector privado y tampoco el sector público opere con pérdidas pues a la final no podrán absorben los costos de su ineficiencia. Es así como, por ejemplo, tiempo atrás el gobierno importaba el trigo (materia prima de los productos de planificación), ello con la escusa de apoyar la política de fijación de precio del pan, sin embargo esto significaba para el gobierno disponer de divisas al tipo de cambio preferencial con un volumen de requerimiento que suponía disponer de buena parte de los ingresos en divisa que percibía el Estado. Segura estoy que cuando los responsables de esta gestión pública entendieron que no podían seguir importando trigo, flexibilizaron su política permitiendo que los Molinos Nacionales hicieran su propia importación de trigo al tipo de cambio paralelo, eliminando el control de precio y dejando que la eficiencia del mercado hiciera su labor de fijar el precio justo.

Así mismo, está ocurriendo con la gasolina. Ya a nuestro país, independientemente de los gobernantes de turno, no le es posible subsidiar el precio de la gasolina, simplemente porque la gallinita de los huevos de oro está moribunda. Para nosotros los venezolanos, por muchos años, el precio de la gasolina era un tema tabú y muchos pensaban que sería un punto de implosión social, pero gracias a vivir en carne propia la LEY DE LA OFERTA Y LA DEMANDA, segura estoy que muchos estaremos felices de hacer una cola decente en las bombas de gasolina que vendan a precio internacional (0,5$/Ltr) y además muchos darán gracias por haber resuelto el problema pues mejor pagar ese precio que la vulgaridad de hasta 5$ el litro de gasolina. A veces pienso si existe un mente brillante manejando este laboratorio social para lograr lo que nunca nadie hubiera imaginado, “aumentar el precio de la gasolina”. Ahora bien, siendo sinceros y honestos era inevitable e irremediable que esto llegara. Ahora nuestros gobernantes se han de enfrentar con una prueba más difícil y es que el 90% del pueblo no tiene poder adquisitivo para mantener al aparato productivo y la única esperanza de que la economia se mantenga activa son los bonos pagados por el gobierno y las remesas familiares que deben estar reducidas significativamente por el problema del covid a nivel mundial. Entonces qué harán las empresas que aún cuando puedan ofrecer sus productos a precios que les permita cubrir su estructura de costos, si la demanda está limitada por la pérdida del poder adquisitivo. Podrán sobrevivir los que tengan productos no perecederos y apuesten por resguardar su capital, pero los que comercien productos perecederos estarán sentenciados a la quiebra. Dios permita iluminar y dar sabiduría a todos los actores de este país y tenga piedad de este noble pueblo, que con un mayor despertar de consciencia seremos dignos de recibir sus bendiciones.