OPINIÓN SOBRE LA AMPLIACIÓN DEL CONO MONETARIO Y SU RELACIÓN CON EL PETRO

La información que circulaba semanas atrás apuntaba a una posible reconversión monetaria, la cual habría sido un nuevo error que repetiría el círculo vicioso de los problemas que viene presentado nuestra economía. 

Para nadie es un secreto que la maquinaria que alimenta la inflación y ha generado recesión económica, destruyendo nuestro aparato productivo, es la gran estructura de negocio gestada en torno al mecanismo del control cambiario. Las distorsiones entre el mercado cambiario oficial y el mercado paralelo ha  alimentado, por mucho tiempo, los esquemas de corrupción y ha propiciado las oportunidades de generar riquezas, de manera fácil, sin esfuerzo y sin contribuir con la economía nacional a través de inversión, generación de empleos y pago de impuestos.

La ampliación del cono monetario actual, el Bolívar Soberano, emitiendo nueva denominación de billetes de 200.000; 500.000 y 1.000.000 es, en  mi opinión, una decisión acertada. Ello no implica aumentar la masa monetaria, razón por la cual no ejercerá una presión adicional en el mercado cambiario. Esto vendrá a resolver los problemas de liquidez que tanto afectan a los ciudadanos, para cubrir los gastos del transporte urbano, así como la actividad comercial que se maneja en la economía formal e informal, en especial en los mercados municipales. 

Ahora bien, esta medida ha de formar parte de un conjunto de medidas que habrán de implementarse a corto plazo para garantizar la solución definitiva a los problemas económicos de nuestro país. Es importante resaltar e insistir que el éxito de las medidas a tomar, amerita la eliminación definitiva del sistema de control de cambio, a través de un anuncio oficial en el que se establezca como lineamiento el libre mercado de divisas a través de las Instituciones que conforman el Sistema Financiero Nacional; de esta manera deberían desaparecer los referentes cambiarios que sugieren las oportunidades de arbitraje.

Como bien nuestra economía está padeciendo de un proceso de recesión y estancamiento económico, que más que consecuencia de la crisis mundial derivada de la pandemia, es resultado de la perversión del sistema del control cambiario, en el que todo excedente de liquidez que fluye en la economía, en lugar de ser utilizado para activar el aparato productivo, es desviado y centrifugado para generar ganancia a través de operaciones en el mercado cambiario paralelo. En tal sentido, sin lugar a dudas, por las señales que he venido observando en los avances desarrollados en torno al mecanismo del PETRO, me resulta obvio que otra de las medidas que ha de implementar el gobierno, en breve tiempo, es la emisión a la economía de masa monetaria en esta moneda digital, a través de un incremento generalizado de sueldos y salarios vía Decreto Presidencial. Tal y como está concebido este instrumento, su valor nominal de 60 Dólares por Petro, representará un poder adquisitivo real, siempre y cuando fuere invertido dentro de la economía interna en consumo de bienes y servicios, lo que impactará de manera positiva y contribuirá a que el aparato productivo se levante, e inclusive el Estado aumente sus ingresos a través de la recaudación fiscal; de esta manera todos los actores de la economía saldríamos ganando. 

El mecanismo del Petro operará bajo el esquema de libre mercado, por lo que quienes así lo deseen y prefieran convertir su posición financiera a cualquier otra divisa, podrán hacerlo sin restricción, intermediando a través de los mercados secundarios previstos para tal fin, con la salvedad que la cotización de intercambio, tal y como está operando en los actuales momentos, mantiene al PETRO sobre valuado con respecto al DOLAR. De esta forma, el Petro se posiciona como una moneda fuerte, siempre y cuando sea utilizado dentro de nuestra economía. Con esta medida, se incentiva y protege el aparato productivo, se hacen más costosas las importaciones y se incentivan las exportaciones, siendo esto último un mecanismo de financiamiento para el Estado.

El hecho que los últimos incrementos salariales hayan sido marginales con respecto a la inflación y que la emisión de los bonos de la Patria han sido esporádicos y controlados, son indicadores de que el gobierno es consciente del impacto que ello significa en nuestra economía. Nuestros gobernantes han debido aprender de los errores de las experiencias pasadas, donde las políticas populistas dejaron de ser factibles cuando las riquezas del país mermaron y la capacidad de generarlas se vio comprometida. 

A pesar de que en sus inicios, el PETRO causará un impacto inflacionario, producto del reajuste de precios en los bienes y servicios, al incluir en sus estructuras de costos el impacto de las partidas de sueldos y salarios, así como el impacto de los costos de materia prima importada y la reposición de los inventarios de los productos importados; se prevé que el ciclo inflacionario será controlado al eliminar las distorsiones generadas por la constante devaluación del tipo de cambio Bs/Dolar en el mercado paralelo. A favor, el Petro mejorará de forma significativa el poder adquisitivo de la masa trabajadora, en especial del sector de la administración pública, lo que a su vez contribuirá con la activación del aparato productivo incrementando el Producto Interno Bruto. 

Finalmente, he de advertir y sembrar consciencia para que visualicemos que estás medidas económicas a implementarse han de requerir también el aporte y contribución de todos los ciudadanos, pues cualquier gobierno de turno que represente la gestión de la administración del Estado Venezolano ha de sincerar los costos de prestación de los servicios públicos para que sean autogestionados y sostenibles en el tiempo; recordemos que la fuente generadora de mayor riquezas de nuestro país, la industria petrolera, se encuentra comprometida y llevará tiempo y esfuerzo en inversión para recuperar y expandir la capacidad operativa instalada. 

Mis opiniones siempre van acompañadas de mis mejores deseos para que todos juntos salgamos de esta crisis, rogando a Dios ilumine a nuestros gobernantes y a todos los que, de una forma u otra, somos actores protagonistas en esta coyuntura histórica de nuestra amada patria Venezuela. 

Antonina Modica Milo

07/03/2021




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