REFLEXIONES SOBRE ACTOS DE CORRUPCIÓN DE FUNCIONARIOS PÚBLICOS 30/03/2021

He visto en las redes sociales información relacionada con medidas aplicadas a funcionarios públicos de seguridad, que han sido descubiertos en hechos de corrupción por tráfico de combustible, aplicándoseles sanciones para dar una demostración "ejemplar".  En mi opinión, concentrar esfuerzos en buscar quienes cometen los delitos, en lugar de atacar la raíz del problema, no es la solución definitiva, pues el verdadero problema reside en un sistema que permite que las personas sucumban a las tentaciones para cometer irregularidades. 

Es evidente que existe un grave problema estructural en el que confluyen dos variables. Por una parte, los mecanismos de controles propician oportunidades de generar ganancias entre dos mercados, en este caso la gasolina subsidiada (mercado regulado) y la gasolina a precio internacional (mercado libre) y, por otra parte, los funcionarios públicos devengan un sueldo marginal que no les alcanza para cubrir sus necesidades básicas. Estas dos variables activan el detonante que despiertan las más bajas miserias en la condición del ser humano, por lo que hoy día vemos cómo funcionarios públicos han participado en actos de corrupción y en irregularidades que afectan al pueblo y atentan contra el patrimonio del Estado, privilegiando sus intereses personales.

A lo largo de estos 18 años, con el sistema de control de cambio, la creatividad y viveza criolla de los venezolanos ha llevado a que muchos encuentren las oportunidades de beneficiarse de las imperfecciones de este sistema debido a las distorsiones de precios entre lo regulado y el mercado negro que se gesta entorno a ello. Es así como hemos vistos de todo, desde negociar cupos de Cadivi, solicitar dólares preferenciales a través de empresas fantasmas, el bachaqueo de todo cuánto artículo haya sido regulado: cemento, harina de trigo, pan, medicina, baterías, cauchos, y hasta efectivo. Y ni hablar de la especulación en el tipo de cambio atacando de forma despiadada a nuestra moneda nacional. Hoy día vemos un pueblo desunido, donde muchos resuelven sus necesidades personales, sin importarles las consecuencias que ello signifique en su entorno. Nos hemos convertido en un pueblo egoísta en el que muchos no son conscientes de que su bienestar es aprovechándose de la desgracia de muchos a su alrededor. 

Uno de los grandes cambios y decisiones que ha de implementar el gobierno para corregir este problema, ha de ser la implementación de una estrategia programada de INCREMENTOS SALARIALES que, acompañados de políticas económicas acertadas, vayan recuperando progresivamente el poder adquisitivo y la calidad de vida de los trabajadores, en especial de los funcionarios públicos, quienes podrían ejercer sus funciones laborales con mayor motivación y sentido de pertenecia. Por otra parte, con la implementación de controles rigurosos, seguro los funcionarios públicos no se expondrían a cometer irregularidad que les suponga perder su condición laboral. 

Ahora bien, dada nuestra realidad, en la que es evidente que los incrementos salariales contribuyen al proceso hiperinflacionario, gracias a las distorsiones del mercado cambiario, es obligatorio aplicar un mecanismo de INDEXACIÓN DEL SALARIO para que el poder adquisitivo de los trabajadores no se vea afectado por la inflación. Para tal fin, el PETRO vendría a ser la gran solución, no sólo porque está ajustado al tipo de cambio oficial, sino porque lo más importante será, que el flujo de dinero que circule en la economía interna ya no será destinado a alimentar el mercado cambiario paralelo y, en su lugar, será invertido en el consumo de bienes y servicios, lo que significará un importante impulso para la recuperación de todos los sectores productivos de nuestra economía, e inclusive una parte retornará al Estado como contribución fiscal. 

Para concluir, los gobernantes, no solo deberían ser ejemplares sino además, deberían ser los máximos responsables en garantizar el orden y transparencia para que no se cometan actos de corrupción en su gestión gubernamental.

Antonina Modica Milo

30/03/2021