11. REFLEXIONES SOBRE LA SOSTENIBILIDAD DE LAS PENSIONES DEL SEGURO SOCIAL EN VENEZUELA (09/09/2018)

De las recientes medidas económicas anunciadas el 17/08/2018, el ajuste al nuevo salario mínimo en las pensiones del Seguro Social, me genera una profunda preocupación que merece el ejercicio de una reflexión que despierte la consciencia de todos los involucrados, con el fin de NO condenar a muerte al Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (IVSS) y garantizar la sostenibilidad y sustentabilidad del mismo, para que a futuro todos podamos disfrutar de este beneficio.

Para iniciar este análisis es preciso aclarar que el régimen de la Seguridad Social Venezolana es, en esencia, "contributiva y solidaria", es decir, los trabajadores activos insertos en el aparato productivo nacional, que contribuyen con el Producto Interno Bruto (PIB), conjuntamente con sus respectivos patronos, aportan ambos una alícuota sobre la base del sueldo o salario devengado, para que el IVSS, administrando de forma eficiente estos recursos, pueda cumplir sus funciones y objetivos; entre los cuales están: mantener las instalaciones y funcionamiento de los hospitales adscritos a este Instituto, costear los medicamentos de alto costo, pagar las pensiones por vejez e incapacidad a todos quienes, por derecho, han cumplido con los requisitos mínimos establecidos en la Ley del Seguro Social y su respectivo Reglamento. Además, asumiendo los gastos administrativos y de personal como parte de su autogestión. Para tal fin, el IVSS, al igual que las empresas privadas, requiere mínimamente cubrir su estructura de costos y, a partir de allí, cualquier excedente debe reinvertirlo para el beneficio del Sistema de la Seguridad Social venezolana como, por ejemplo, la creación de nuevos hospitales o la ampliación de nuevos servicios médicos.

Todos los pensionados que, hoy en día, cobran su pensión es gracias al aporte solidario de todo el sector público y privado quienes cumplen responsablemente con el pago oportuno del Aporte Patronal y Personal de todos los trabajadores formales a su cargo. Gracias a ellos, y a la gestión del IVSS, hoy nuestros mayores reciben una pensión ya que en el pasado ellos proporcionaron al país su esfuerzo, trabajo y contribuyeron con sus aportes al Sistema de Seguridad Social. Así será en el futuro cuando a nosotros, los trabajadores activos de hoy día, nos corresponda cobrar la pensión, entonces dependeremos de otros trabajadores, para que con su contribución podamos disfrutar de un derecho adquirido gracias a nuestra solidaridad.

En una de mis reflexiones anteriores, destaqué la importancia del trabajo formal como única garantía del futuro del trabajador a largo plazo, asegurándose que, una vez cumplido los requisitos, podrá disfrutar de una pensión por vejez. Desafortunadamente, buena parte de nuestra población, económicamente activa, no está inserta en el aparato productivo, es decir, no tiene un trabajo formal, entre otras razones, porque su patrono no ha formalizado su condición laboral o percibe mejores ingresos trabajando por su cuenta o, simplemente, no encuentra una fuente de empleo formal pero tiene un “Bono Especial de la Patria”. En todos los casos mencionados, éstos solo se benefician a sí mismos sin contribuir al Círculo Virtuoso de la Economía, es decir, por una parte, no contribuyen con el país aportando con su trabajo valor agregado al PIB y, por otra, ponen en peligro la sostenibilidad y sustentabilidad del IVSS ya que no participan en este Sistema.

Como en toda gerencia eficiente, en términos económicos, los ingresos del IVSS, al igual que las empresas privadas, deben ser mayores a sus egresos, caso contrario estarían condenados al fracaso. Es así como para garantizar el compromiso de pago de todas las pensiones que actualmente debe honrar el IVSS, éste requiere implementar una política de recaudación estricta para garantizar el flujo de caja necesario para que sus ingresos le permitan asumir sus compromisos. En este punto me pregunto si, en la decisión del Gobierno de aumentar el monto de la pensión del Seguro Social, fue evaluada la situación financiera del IVSS.

Doy fe del gran esfuerzo, y los importantes avances en materia de tecnología, que el IVSS ha implementado en aras de intentar erradicar la grotesca corrupción de muchos funcionarios públicos que, aceptando sobornos, engrosaban la nómina de pensionados con personas que nunca habían cotizado. Todo esto se ha ido sincerando, depurando los casos que constituyen irregularidades y estableciendo mecanismos de controles a través de la centralización de las gestiones, gracias a la automatización.

Debemos entender que la sustentabilidad del IVSS, requiere de la robustez del aparato productivo nacional, es decir, del crecimiento de industrias, empresas y comercios que sean fuentes generadoras de empleos formales, de suerte que los ingresos del IVSS aumenten en mayor proporción que el número de pensionados que constituye la nómina de pasivos de esta Institución. En la actualidad, nuestra realidad parece ser alarmante. Desde hace ya algún tiempo, las estadísticas arrojan una tendencia vertiginosa de cierres de empresas, la mayor parte de la economía se gesta en un escenario informal y el número de trabajadores a quienes se estima les nacerá el derecho a percibir la pensión por vejez está aumentando significativamente, razón por la cual, el equilibrio financiero del IVSS, de seguir esta tendencia, inevitablemente será deficitario, viéndose obligado el Gobierno a subsidiarlo, incrementando el gasto público y agudizando su problema de déficit fiscal.

En este sentido, es importante mencionar a los pensionados insertos por el plan de la patria denominado "Amor Mayor", destinado a personas mayores que, aunque no hubiesen cotizado en la Seguridad Social venezolana, fueron beneficiados en igualdad de condiciones. Al respecto opino que estas personas, como venezolanos y compatriotas, merecen nuestra solidaridad y los gobernantes de turno, que representan al Estado, están en la obligación de ofrecer ayudas para paliar las necesidades del pueblo más desvalido. Sin embargo, muchas veces, estas medidas son un acto de populismo que terminan haciendo más daño al propio Gobierno porque se compromete la gestión del IVSS y, en cuyo caso, lo más probable es que el Gobierno deba subsidiar al IVSS, aportando ingresos extraordinarios para poder cumplir sus objetivos. Lo más delicado y negativo, es que se desvirtúe el fin mismo del Sistema de Seguridad Social, fomentando la evasión de las obligaciones como ciudadanos y desvalorizando el sector formal de la economía del que tanto se requiere para resolver nuestros actuales problemas y garantizar el progreso de nuestro país con más producción, más empleo formal y más empresas que paguen impuestos. 

En este punto, no puedo dejar de ratificar y hacer pública mi opinión sobre la discriminación que muchos trabajadores de la Administración Pública viven actualmente al no ser beneficiados de su pensión por vejez a pesar de contar con la edad reglamentaria pero que, desafortunadamente, no poseen las semanas de cotización mínimas requeridas debido a que su patrono, el Estado, representado por algún Organismo Público, no los inscribió oportunamente en su fecha de ingreso laboral y, peor aún, tampoco enmendó el error en el plazo establecido durante la transición al sistema automatizado TIUNA. Ante esta injusticia, no me queda más que reiterar mi crítica constructiva a nuestros Gobernantes y, en especial, a las máximas autoridades del IVSS para que reflexionen sobre la incoherencia entre las medidas populistas y las decisiones radicales que terminan castigando al más desvalido "el trabajador" y desmotivando a quienes toda su vida útil aportaron con su trabajo y contribución, dando lo mejor de sí por nuestro país.

La medida de homologar las pensiones al nuevo sueldo mínimo de Bs.S. 1.800, implica un incremento significativo en los desembolsos del IVSS, razón por la cual, es preciso de un mayor compromiso y responsabilidad de todos los patrones para cumplir cabalmente con el compromiso de pagar oportunamente los aportes correspondientes al IVSS. El subsidio ofrecido por el Gobierno para pagar la nómina al sector privado tiene vacíos que deben ser aclarados. En primer lugar, ¿el Gobierno asumirá el Aporte Patronal y lo pagará directamente al IVSS o deberá pagarlo el patrono? De ser así, los patrones de las empresas privadas, cuyos trabajadores se beneficien por el subsidio, deberán tomar las previsiones de realizar las respectivas retenciones del Aporte Personal de sus trabajadores sobre la base del nuevo sueldo, para que puedan responder ante el IVSS y hacer el pago puntualmente. De ello dependerá la sostenibilidad y garantía de poder cumplir a todos los pensionados sin necesidad de que el Estado subsidie al IVSS, incrementando así el déficit fiscal.

Hasta donde he podido verificar, el subsidio al sector privado, lo está recibiendo directamente cada trabajador, mediante el Carnet de la Patria, después que el Gobierno, a través del sistema creado para tan fin, ha cruzado la triangulación, entre la información que suministra el patrono, el registro personalizado de cada trabajador y la data del IVSS; por lo que deduzco que este subsidio, sólo será otorgado a los trabajadores que estén insertos dentro de la economía formal. Espero no estar equivocada, ya que de lo contrario se estaría fomentando y auspiciando la economía informal, y muchos no tendrían interés en tener un trabajo formal, ya que tendrían los mismos derechos y beneficios de quienes si trabajan y aportan prosperidad a nuestro país.

Deseo que todas las reflexiones que he compartido, en especial ésta, sean críticas y argumentos que contribuyan a dar entendimiento, comprensión y motiven a un cambio de cultura y despertar de consciencia que tanto necesitamos, para que, con la bendición de Dios, logremos superar estos difíciles momentos. Si todos, en cada una de nuestras parcelas, intentamos hacer las cosas bien y dar lo mejor de nosotros, ayudaremos a nuestro país a ser el paraíso predilecto de DIOS.


AMM.

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