8. REFLEXIONES SOBRE EL ROL DE NUESTRA SOCIEDAD EN LA ACTUAL CRISIS ECONÓMICA VENEZOLANA (03/09/2018)

La tan nombrada “Guerra Económica” tiene muchos ingredientes, de los cuales, uno en especial está en la perversión del ser humano en todos los estratos políticos y sociales de nuestro país. Es así como, en lo político, el combate entre el Gobierno y la oposición, muchas veces, parece un teatro porque, tras bastidores, tanto unos como otros, se han beneficiado de las oportunidades que ofrecen las distorsiones en el mercado de divisas. Por otra parte, en todos los estratos sociales, con la excusa de sobrevivir, muchos han optado por el gran negocio de moda que es el "emprendimiento informal” dentro de una gran maquinaria de hacer dinero fácil.

Si miramos al pasado, entenderemos que esta “guerra económica” se inició hace poco más de 15 años cuando se implementó el cuarto (4to) control de cambio en la historia de nuestro país, pasando por:

(1) Rómulo Betancourt BCV (Bs. 3,30/$), durante el periodo (1960-1964);
(2) Luis Herrera Campins y Carlos Andrés Pérez RECADI (Bs. 4,30/$ y Bs. 6,00/$), durante el periodo (1983-1989);
(3) Rafael Caldera OTAC (Bs. 170/$), durante el periodo (1994-1996) y
(4) Hugo Chávez Frías Y Nicolás Maduro (CADIVI, SITME, CENCOEX, SIMADI, DIPRO y DICOM) BsF. 6.000.000.000/$ (BsS. 60/$) durante el periodo (2003 - 2018)

El pasado nos debería aporta experiencias para que el ser humano con sabiduría aprenda a no volver a cometer los mismos errores. Lamentablemente, en nuestro país los gobernantes, los políticos y, sobretodo, el pueblo no tienen memoria y como dice una frase célebre “Los pueblos que no conocen su historia están condenados a repetirla”. Es así como, a pesar de que buena parte de lo que ha venido sucediendo con el actual control de cambio ocurrió en el pasado, se insiste en mantener un mecanismo que cumplió su objetivo en su momento inicial pero que en la actualidad está siendo la causa de todos nuestro males.

La distorsión entre el mercado de divisas oficial, caracterizado por restricciones e información privilegiada, y el mercado paralelo (mercado negro) ha sido, como en todas las experiencia en el pasado, un gran negocio donde se han generado grandes oportunidades y se han gestado grandes fortunas. Desde su origen, surgió la gran maquinaria de hacer dinero fácil al aprovecharse de las distorsiones entre ambos mercados. Con esta modalidad fue que muchos descubrieron la forma ideal de generar riquezas, sin aportar ningún beneficio a su alrededor más allá de satisfacer sus ambiciones personales. Allí observamos desde los que, gracias a los cupos de viajeros, se dedicaban al esparcimiento que, además de salir gratuito, les dejaba un flujo de caja importante. Luego aparecieron los ingeniosos emprendedores informales que se dedicaban a comprar los cupos de personas que no viajaban pero que entregaban sus tarjetas de crédito para que fuesen "raspadas" en comercios en el extranjero, el nivel de depravación fue subiendo, hasta encontrar a los grandes emprendedores inescrupulosos "empresas de maletín" que se dedicaban a solicitar cupos, a dólar preferencial, para la importación de rubros de primera necesidad (comida y medicinas) que nunca llegaron a concretarse a pesar de habérseles entregado las divisas solicitadas. Esta época dorada duró mientras nuestro país vivía la mayor bonanza de su historia, respaldada por nuestras reservas internacionales. Esto ocurría gracias a la falta de mecanismos de supervisión y controles que irónicamente no fueron aplicados en el Sistema de Control de Cambio, por lo que, podemos asegurar, fue gracias a la corrupción dentro de Instituciones Públicas e inclusive la Banca Privada, que este modo de generar riquezas desangró las finanzas de nuestro país, siendo esta la causa de las desgracias que hoy día vive el pueblo venezolano.

Fue a partir del año 2009, ante la estrepitosa caída del precio del petróleo y los niveles precarios de las Reservas Internacionales del país, que esta modalidad de negocio dejó de ser viable cuando el Gobierno tomó medidas para cerrar el grifo de fuga de capitales, eliminando la asignación de cupos de divisas para viajeros.

En este punto, me pregunto quién es más culpable, el funcionario que sucumbe a la tentación de cometer actos de corrupción o el propio Sistema que no ejerce controles y deja “agujeros negros” que facilitan el incurrir en estos actos. El que es corrupto, y ostenta un alto cargo, no puede simplemente realizar actos ilícitos de buenas a primeras, al contrario, para poder beneficiarse y enriquecerse de formas poco o nada ortodoxas, debe contar con una garantía y/o seguro de que podrá actuar impunemente la cantidad de tiempo que necesite para satisfacer sus ambiciones. ¿Cómo podría hacer esto? Pues, simplemente, dejando que los que están a su alrededor, en especial, sus subordinados cometan también actos de corrupción, de manera tal, que luego él podrá actuar con total libertad puesto que nadie podrá señalarle, ya que todos los que podrían denunciarlo y/o detenerlo estarían igual de viciados que él. En este sentido, la corrupción se inicia de arriba hacia abajo y es como un remolino que va arrastrando todo a su paso. Dicho de otra forma, la corrupción es como un virus que ataca el sistema inmune contagiando todo con lo que entre en contacto. Venezuela padece un cuadro infeccioso importante, ya que la corrupción ha pervertido a buena parte de la sociedad. Asimismo, por analogía, me planteo otra interrogante, quién es más culpable, el que roba o el que compra algo de “dudosa procedencia”. Sería muy fácil echarle la culpa solo al ladrón, pero es lógico pensar que éste roba porque hay quien compra el bien robado. No tendría sentido asumir el riesgo de robar algo si luego no tendrás con quién negociarlo; por lo cual, ambos son igual de culpables.

Hasta este punto, de acuerdo a los argumentos antes señalados, tengo la convicción que esta “guerra económica” tiene su génesis en el actual control de cambio y en la perversión de los seres humanos que sucumben a la tentación buscando el camino fácil y egoísta. Mirando atrás, podemos ver como la corrupción se ha infiltrado en todos los estratos de la sociedad.

En nuestro país, hablar de mercado negro era una expresión particular aplicada al mercado de divisas. No obstante, recuerdo que a partir del año 2011, el gobierno tomó la medida de fijar el precio del cemento y en ese momento empezó a gestarse un mercado negro en el sector de la construcción, en el cual, solo un sector privilegiado podía acceder a este producto al precio regulado y quienes necesitaban de verdad del mismo terminaban comprándolo por un precio mucho mayor. En ese momento, empecé a vislumbrar lo que hoy día estamos viviendo.

Al trascurrir el tiempo, la recesión del aparato productivo y la imposición de regulación de precios, sin considerar las estructuras de costos de las empresas, trajo como consecuencia una disminución del Producto Interno Bruto y, por ende, más escasez de productos de primera necesidad, acentuado por emprendedores inescrupulosos que buscaron enriquecerse vendiendo dichos productos a clientes de otros países, beneficiándose además de la rentabilidad derivada de la distorsión en el mercado de divisas; siendo éstos culpables de muchas de las desgracias que hoy día padece el pueblo venezolano. En este sentido, la oferta limitada de productos de primera necesidad y la creciente demanda, acentuada por el comportamiento paranoico del consumidor (acaparamiento), dio origen al mercado negro de productos regulados de primera necesidad (harina pan, pasta, arroz, harina de trigo, entre otros). Es aquí donde surgen los emprendedores informales y se acuña el término de “bachaquero”. Lo inverosímil de esta creativa modalidad de negocio era ver como en comunidades humildes el mismo pueblo especulaba entre sí. Esto fue acentuándose cada vez más y fue durante el primer semestre del año 2016 donde la escasez de productos nacionales de primera necesidad alcanzó su máxima expresión y empezó a afectar significativamente al pueblo que, ante las carencias de alimentos básicos, vieron en el pan la única opción para saciar el hambre, es así como ante la creciente demanda en el sector panadero, surgió el “negocio” del pan, el cual se convirtió en mucho más atractivo cuando el gobierno estableció regulaciones y fijo su precio de venta. Este mercado negro, liderado por los “bachaqueros del pan”, tuvo su fin cuando desapareció el efectivo y se les permitió a las panaderías trabajar con harina importada con la consecuencia del ajuste en el precio de venta, del cual hablaré más adelante.

Al inicio del segundo semestre del año 2016, después de los saqueos masivos ocurridos en la ciudad de Cumaná, los Gobernantes deciden apoyar la iniciativa de empresas privadas, que se dedicaron a la importación de alimentos y materia prima (harina de trigo) utilizando divisas provenientes del mercado paralelo; fue así como se empezó a satisfacerse la demanda del mercado con alimentos importados cuyos precios por su puesto eran más costosos que los equivalentes nacionales. En ese momento, advertí que se habían abierto las puertas del infierno y que muchos demonios saldrían, ese infierno es lo que conocemos hoy como hiperinflación. 

Desde ese entonces hasta el presente, el sector panificación se vio afectado, no solo por la disminución en la producción de harina nacional, producto de las limitaciones en la asignación de divisas oficiales para la importación de trigo, sino también por la dependencia de comprar harina de trigo importada cuyo costo de adquisición está vinculado con el riesgo de fluctuación del tipo de cambio del mercado paralelo de divisas. Esto llevó a que el pan, antes la salvación del pueblo, empezara a convertirse en un producto de lujo pues los costos de la materia prima eran trasladados al precio final, perjudicando lamentablemente al pueblo. En este sector, se fijaron controles y se privilegió la asignación de harina de trigo nacional, de manera desproporcionada al sector artesanal, de quienes algunos, de forma inescrupulosa, se dedicaron a revender los sacos de harina nacional un poco por debajo del precio de la harina importada obteniendo ganancias superiores al margen que hubiesen obtenido si llevarán a cabo el proceso de producción y comercialización del pan artesanal. En este caso particular, también advertí que se estaba castigando al sector panadero formal, poniendo en riesgo las fuentes de empleo y la contribución fiscal que estos aportan al Estado. Hasta ahora, vemos como los seres humanos sin conciencia siempre optarán por el camino fácil sin importar las consecuencias y el perjuicio que produzcan a todos los que le rodean.

Durante el año 2017, pasamos a conocer el mercado negro del efectivo. Para comprender este tema, hay que recordar la fuga de billetes de BsF. 100 que masivamente eran trasladados fuera de las fronteras, principalmente hacia Colombia. El caso es que, luego de la medida del Gobierno de recoger estos billetes y sacar a circulación nuevos billetes de mayor denominación, la mafia de traficar con el dinero venezolano, para convertir en otras divisas, se les hizo más fácil pues fue más práctico manipular menos billetes que representan mayor valor monetario. Es a partir de este momento, cuando la masa monetaria en circulación y el proceso inflacionario agudizó la escasez de papel moneda, y surge el mercado negro del efectivo, siendo el negocio más rentable de todos los mercados negros llegando a cotizarse hasta en más de un 400%. A pesar de la emisión y puesta en circulación del nuevo cono monetario (Bolívares Soberanos), ya la maquinaria de hacer dinero fácil se encargó de acaparar el efectivo para asignarle mayor valor a su posesión y ofertarlo a un precio por encima de su valor nominal.

Hoy día, sigue vigente el control de cambio con un mecanismo (DICOM) que no logra atender la demanda total del mercado y que, a pesar de la recién devaluación del tipo de cambio a BsS. 60/$, esta medida no logró erradicar el mercado paralelo, por lo cual, continuarán existiendo las distorsiones del mercado de divisas y las oportunidades de sacar beneficio entre ambos mercados. Por otra parte, quienes actualmente reciben remesas de familiares que, desafortunadamente, decidieron emigrar en busca no solo un mejor futuro sino de satisfacer sus necesidades básicas, tristemente apuestan por la continua devaluación de nuestra moneda en el mercado paralelo ya que ello representa la garantía de su poder adquisitivo ante la inflación. Lo que muchos no entienden, es que esto es un ingreso no productivo, pues no implica un aporte a la economía en términos de trabajo-producción-impuestos, lo cual ejerce una presión en la demanda y, en consecuencia, contribuye al proceso inflacionario. Desafortunadamente, quienes de verdad están padeciendo el viacrucis de esta crisis hiperinflacionaria es esa parte del pueblo que depende de un sueldo, o peor aún, los que ni siquiera tiene un trabajo y depende solo de las ayudas del gobierno para poder subsistir.

Todos estos especuladores, en especial los “emprendedores de maletín” que se han beneficiado de los mercados de divisas, cemento, cauchos, baterías, alimentos, materias primas, medicinas, efectivo, entre otros; en cuyo casos participan, tanto afectos al oficialismo como a la oposición, son partícipes de esta llamada “guerra económica”, que sin necesidad de armas, bombas, artillería pesada, han devastado un país entero sumiéndolo en la crisis y miseria más grande de toda su historia. Para mí es obvio que esta depravación en la cual unos se aprovechan de otros, no es más que la descomposición social de un pueblo que busca desesperadamente salvarse a sí mismo, así como la historia del Titanic en su hundimiento. Todo esto bajo la mirada indolente de nuestros gobernantes que en lugar de atacar el problema de raíz, se limitan a tomar medidas que más que aliviar terminan siendo un círculo vicioso de repetición de los errores del pasado. Con las recientes medidas económicas anunciadas el viernes 17/08/2018, el viernes más negro de la historia de Venezuela con una devaluación oficial del 2400%, solo vislumbro un panorama pesimista si no se rectifica.

A veces pienso que somos una sociedad de hipócritas, pues muchos de los que critican y se catalogan de la oposición apuestan por más caos para que prevalezca el escenario que fomente la especulación, pues es su modo de generar riquezas. Si se produce un verdadero cambio de rumbo en nuestro país, todos éstos “especuladores inescrupulosos” se verán afectados pues, no les gustará el camino difícil, pero honesto, en el que con trabajo y esfuerzo puedan prosperar conjuntamente con la prosperidad de todos los que le rodean y no aprovechándose de la desgracia, directa o indirectamente, de otros.

Es irónico ver como se sataniza al sector privado y se le culpabiliza de la grave situación que hoy día vivimos con la hiperinflación, cuando también ellos son víctimas de esta tragedia y no tienen opción sino asumir el rol de verdugos de un pueblo, al trasladar al precio final los aumentos en los costos de producción.

Solo tengo claro que, para que nuestro país salga adelante y logre resurgir de las cenizas, se requiere, además de la humilde rectificación de nuestros gobernantes, de un profundo cambio que debe darse desde las bases de nuestra sociedad, comprendiendo que solo trabajando con honestidad podemos prosperar, máxime cuando con nuestro trabajo contribuimos a la prosperidad de quienes nos rodean. A diferencia de todas las modalidades antes señaladas como alternativas de emprendimiento informal, tanto los gobernantes como el pueblo deben considerar que quienes optan por el emprendimiento formal contribuyen con el “círculo virtuoso de la economía”, ya que estos emprendedores para obtener riquezas colaboran con el país, generando fuentes de empleo formales, ofreciendo bienes y servicios al pueblo y aportando a los Gobernantes de turno el pago de impuestos para contribuir con los fines del Estado.

Estoy convencida que Dios bendecirá a este maravilloso país en el momento que haya un despertar de conciencia colectiva en el cual todos, incluyendo a nuestros hermanos que han de retornar a su patria, y cada uno de nosotros contribuyamos con un granito de arena, no solo a salir de esta crisis sino, para convertir a nuestro país en el mejor país del mundo.


AMM.

Comentarios

LO MÁS VISTO

12. REFLEXIONES SOBRE EL PATERNALISMO DE NUESTRO GOBIERNO (12/09/2018)

QUE DIFÍCIL ES SER EMPRESARIO EN VENEZUELA

Presidente Nicolás Maduro Moros Asunto : CONSIDERACIONES SOBRE ALQUILERES DE INMUEBLES DE USO RESIDENCIAL Y COMERCIAL EN ÉPOCA DE PANDEMIA

LA GASOLINA ES EL MEJOR EJEMPLO DE LA LEY DE LA OFERTA Y LA DEMANDA

NUEVO TABULADOR SALARIAL EN EL SECTOR UNIVERSITARIO. POR QUÉ REPETIR LOS MISMOS ERRORES????