CONSECUENCIAS DE LA SEUDO DOLARIZACIÓN EN LA ECONOMÍA VENEZOLANA

CONSECUENCIAS DE LA SEUDO DOLARIZACIÓN EN LA ECONOMÍA VENEZOLANA

Es un concepto errado creer que la economía venezolana está dolarizada por el simple hecho que se haya permitido circular en efectivo la divisa norteamericana, de forma libertina sin ningún tipo de control, dejando abiertas las compuertas para que circule dinero proveniente de operaciones ilícitas. Grave error cometido por el gobierno, quien quizás tuvo la intención de resolver el problema de liquidez. No obstante, gracias a ello, se generó una distorsión aún mayor dividiendo al pueblo en dos partes; una que tiene poder adquisitivo en dólares, ya sea porque obtiene ingresos en divisas o porque recibe remesas familiares y, otra parte, más desafortunada, que sólo recibe ingresos en bolívares, siendo los funcionarios públicos los más perjudicados pues perciben una miserable remuneración del Estado, en especial aquellos que no encuentran opciones alternativas para generar ingresos adicionales. Esa parte del pueblo es la que peor la está pasando en esta crisis económica de dimensiones abismales.  

Para peor de nuestros males, el permitir circular, sin restricciones, divisas en nuestra economía generó mayor inflación pues todos los bienes y servicios son valorados a dólar, por su puesto dependiendo del interés de las partes (si quieren vender toman como referencia la tasa más alta y si quieren comprar toman la más baja). Gracias a la viveza criolla nuestro país es la única economía del mundo cuya inflación también aplica a los precios en dólares, ya que cuando el tipo de cambio baja quiénes venden suben el precio en dólares para garantizar la misma cantidad de bolívares que inicialmente habían previsto en su expectativa de venta.  Lo cierto es que todos los que puedan protegerse de las variaciones en el tipo de cambio trasladarán el costo de la devaluación del bolívar  al consumidor final, siendo éstos los realmente perjudicados en esta terrible historia. 

Quienes conocen la Ley de Atracción y su efecto en el flujo de las energías coincidirán en que nuestro problema además de ser el resultado de las malas decisiones de nuestros gobernante, también contribuye las energía de nuestros pensamientos, pues la inmensa mayoría del pueblo, los que poseen divisas, apuestan y hasta se alegran, ingenuamente, de que suba el tipo de cambio,  no percatándose que esa revalorización está por debajo de la inflación.

Con el respeto de los expertos en la materia, yo tengo claro que DOLARIZAR nuestra economía es inviable. Actualmente, EL ESTADO no está en condiciones de generar suficientes ingresos en divisas norteamericanas, no solo para cubrir el gasto público, sino para ajustar los sueldos de la Administración Publica a niveles donde se recupere dignamente el poder adquisitivo de este sector. Por otra parte, Dolarizar la economía implica entregar absolutamente la política monetaria a la Reserva Federal Norteamericana, lo que ataría de manos a cualquier gobierno de turno para continuar con el estilo populista al que han estado acostumbrados a lo largo de la historia política de los últimos 50 años. Para llegar a implementar la decisión de Dolarizar nuestra economía habría que hacer unos deberes previos, como por ejemplo, corregir el déficit fiscal, saneando la administración publica y aumentando la recaudación fiscal y, en especial, sustituir gradualmente los subsidios otorgados a la población por oportunidades de trabajo que han de ofrecerse cuando se generen fuentes de empleos producto de un crecimiento del aparato productivo.  No quiero imaginar que la gestión política cambie radicalmente y eliminen los bonos a los que la mayor parte del pueblo está acostumbrado, sin antes ofrecer mejores condiciones de vida aumentando su poder adquisitivo y re educándoles para cambiar el paradigma al que se les ha acostumbrado. 

Aunque muchos no lo comprendan, unos por desconocimiento y otros porque la impotencia les obnubila la razón, la salida más efectiva a nuestra crisis, mientras los políticos debaten entre ellos, es implementar el sistema de la CRIPTOMONEDA PETRO. 

Decir que yo NO SOY POLÍTICA sería un error, pues todos los miembros de una sociedad somos actores protagónicos de la política de un país; sin embargo no soy una crítica radical y procuro tener la sabiduría de reconocer las fortalezas y ventajas, así como criticar las debilidades y los errores vengan de donde vengan. Yo lo único que deseo de los políticos es que entiendan que, independientemente de nuestras perspectivas, ideologías y roles en la sociedad, TODOS DEBEMOS TENER LA NOBLEZA DE PONERNOS DE ACUERDO PARA ENCONTRAR SOLUCIONES POR EL BIENESTAR DE NUESTRO PUEBLO.

Estoy convencida de que el PETRO será la salvación de nuestra economía. Intuyo, por los cambios que vienen implementándose en las plataformas de Biopago, Patria y la PetroApp, que hay gente preparada trabajando seriamente para implementar este sistema. No obstante, considero que falta mayor dirección y coordinación en todos los niveles de la estructura de la Administración Pública (Alcaldías, Gobernaciones, SENIAT, IVSS, empresas públicas prestadoras de servicios, etc) para que implementen la opción de poder cobrar en Petros, asunto que es fundamental para que el Petro sea exitoso y pueda desplazar a los mercados cambiarios paralelos. Desafortunadamente, entiendo que hay mucha incompetencia y desconocimiento en muchos organismos públicos, lo que retrasa su implementación.

Mis oraciones se elevan con la esperanza de que Dios ilumine y de sabiduría a todos los que, de una u otra forma, tienen en sus manos la responsabilidad de hacer algo positivo para aliviar la carga pesada del pueblo venezolano.



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