POR QUÉ LOS SISTEMAS SOCIALISTAS FRACASAN?
POR QUÉ LOS SISTEMAS SOCIALISTAS FRACASAN?
El socialismo es una doctrina que promueve la concentración de los medios de producción y el control de la economía en manos del ESTADO, argumentando el interés colectivo de la sociedad por encima del interés particular. Mientras que, el capitalismo se fundamenta en un sistema económico y social donde los medios de producción deben ser manejados por la propiedad privada, donde el capital sirve como fuente generadora de riquezas, y donde dejan que la mano invisible del libre mercado se encargue de asignar de manera eficiente los recursos. En teoría, suena noble que el sistema socialista promueva el bienestar del pueblo, entonces por qué los gobiernos socialistas fracasan?
La respuesta puede enfocarse en dos aspectos:
(1) La condición humana de los políticos que llegan al poder. Muchos de los políticos se disfrazan de socialistas para expresar un discurso lleno de resentimientos, más que todo con fines de estrategia electoral, aprovechándose de la frustración de un pueblo cansado por las carencias a las que han sido sometidos; todo ello, mientras persiguen sus verdaderos objetivos que es lograr el bienestar particular o selectivo, gracias al poder que les permite cometer actos de corrupción. Desafortunadamente, quienes llegan al poder con ideales nobles de ayudar al pueblo, han sido transformados por malos sentimientos que le desvían del camino del bien, apartando a DIOS de sus corazones.
(2) El socialismo pregona la igualdad social, cometiendo el grave error de desmejorar a la clase media, en lugar de mejorar las condiciones sociales de la clase más desprotegida. Muchos políticos cometen la aberración de menospreciar a la clase trabajadora preparada para ocupar trabajos especializados, donde la educación y formación universitaria es esencial para el desarrollo de competencias que hace que puedan ejercer responsabilidades con altos niveles de capacidad y eficiencia. Los socialistas menosprecian la meritocracia y cometen el error de colocar en cargos de vital importancia a personas leales a su gestión, pero que no tiene conocimientos y las competencias necesarias para gerenciar la tarea encomendada; contribuyendo con esto al deterioro progresivo y luego destrucción de las empresas del Estado. Asimismo, en un estilo de gerencia socialista, es común observar que no se logran los objetivos porque a la final "lo que es de todos no le duele a nadie".
La mayoría de los gobernantes socialistas no comprenden algunos conceptos que son básicos para garantizar la sostenibilidad en el tiempo de los recursos necesarios para hacer gestión pública, como son la Inversión, el Rendimiento, la Productividad y las Competencias. Es por ello que muchas veces caen en el grave error de anteponer los gastos improductivos a los gastos de inversión, a pesar de sacrificar el presupuesto fiscal y todo lo resuelven endeudándose y finalmente, emitiendo dinero inorgánico para seguir ejecutando más gastos improductivos. Esto trae como consecuencia el deterioro gradual de todos los medios de producción que se encuentran bajo su responsabilidad, generando escasez y propiciando continuos procesos inflacionarios, pues el dinero en circulación excede la oferta de bienes y servicios proveniente del aparato productivo.
Las prácticas socialistas de expropiación y controles, generan desconfianza y siempre termina generándose escasez. Por ejemplo, de qué ha valido implementar políticas de controles de precios, si la experiencia ha demostrado, en todas las oportunidades, que los productos desaparecen de los anaqueles e inmediatamente se gesta un mercado negro en el que terminan castigando de peor forma al consumidor final. La explicación es sencilla, ni las empresas privadas ni tampoco las empresas públicas pueden sostenerse en el tiempo asumiendo pérdidas, razón por la cual se pierde el incentivo de producir y trabajar sin obtener por lo menos la rentabilidad mínima para cubrir los costos operativos. Buen ejemplo de esto, representa la crisis de la industria petrolera y el subsidio a la gasolina. Llegó el día en que nuestros gobernantes de turno, considerados socialistas, inevitablemente han tenido que sincerar el precio de la gasolina, pues los costos de producción y distribución no pueden continuar siendo subsidiados, motivado a que los ingresos del Estado han mermado significativamente, debido, entre otras razones, a la destrucción de la capacidad de producción de la fuente principal de ingresos en divisas, la industria petrolera. Cabe señalar que hace años se pidió prestado a la República China con el compromiso de pagar a futuro con producción petrolera; entonces deduzco que la poca producción que se genera, hoy día, está destinada a pagar lo que ya se gastó en obras sociales que no representan retorno a la inversión. Por otra parte, las sanciones internacionales han bloqueado las relaciones comerciales con buena parte del resto del mundo, perdiendo grandes clientes que representaban buena parte de los ingresos petroleros y dificultando la compra de insumos necesarios para el procesamiento del combustible entre otros.
Lo cierto es que en la actualidad los gobernantes de turno se encuentran ante el mayor reto que jamás han enfrentado, donde inevitablemente tendrán que implementar decisiones que contradicen su filosofía socialista, si en verdad quieren conservar el poder. Es así como. por ejemplo, veremos en poco tiempo como las tarifas de los servicios públicos estarán ajustadas a valores reales que les permitan cubrir los costos operativos de las empresas públicas prestadoras de servicios. No me sorprenderá ver que se otorguen concesiones para que empresas privadas administren entes públicos. Asimismo, estoy convencida que, una vez haya un respiro de la actual crisis, habrá fuertes presiones para incrementar la recaudación fiscal, entre muchas otras medidas que distarán del discurso socialista; todo porque se acabó el dinero para promocionar el socialismo.
Si me preguntaran por cual paradigma me inclino, les diría: Creo en un sistema capitalista, con vocación social, con oportunidades, con criterios de igualdad, libertad y prosperidad. Creo en un modelo donde EL ESTADO debe ser responsable de administrar y garantizar cuatro vértices fundamentales de un país: LA EDUCACIÓN, LA SALUD, LA SEGURIDAD Y LAS INFRAESTRUCTURAS PÚBLICAS. Los medios de producción deben ser administrados por capitales privados que garanticen la eficiencia y productividad en manos de personas competentes y preparadas a cambio de la obtención de la rentabilidad esperada, en condiciones de libre mercado donde la competencia premiará a los más eficientes y castigara los menos competentes, resultando beneficiado el consumidor final, es decir EL PUEBLO. Las empresas privadas deben ser consideradas como los principales socios del Estado, pues ellos contribuyen, con los gobernantes de turno, a resolver tres asuntos de vital importancia; generación de fuentes de empleos, producción bienes y servicios demandados por la población y, lo más importante, aportarán al Estado ingresos fiscales con los cuales los gobernantes de turno podrán hacer su gestión de gobierno.
En este paradigma que defiendo, los gobernantes de turno, responsables de gerenciar EL ESTADO, deben velar por la transparencia de la economía, aportando en su gestión el ingrediente fundamental, "CONFIANZA", para garantizar el éxito del modelo económico, velando por el cumplimiento de todas la leyes, reglas y normas que han de respetarse para evitar que existan distorsiones que beneficien a unos pocos y perjudiquen a la inmensa mayoría del pueblo. Luego para que este modelo, resulte un ideal, deben los gobernantes de turno ser responsables de distribuir las riquezas entre todos los sectores de la sociedad, procurando aumentar el bienestar y calidad de vida de todos y cada uno de los que "contribuyen" con el desarrollo y prosperidad de la Nación.
Es mi sentir y mi mayor deseo, que estos escritos, que me atrevo a compartir, sirvan de reflexión para despertar consciencias. Para que podamos abrir nuestros corazones y comprender qué hemos estado haciendo mal y qué podemos hacer para cambiar nuestra realidad. Ruego a Dios para que todas aquellas personas que han defendido sus posturas filosóficas, tengan la humildad y la caridad de ponerse en el lugar del pueblo y tengan la sabiduría de rectificar y la nobleza de ponerse de acuerdo por el bien común de un pueblo que no soporta más cargar esta cruz.
"EL ÚNICO CAMINO VIABLE PARA SALIR DE LA CRISIS ECONÓMICA ES EL PETRO"
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